9 de junio de 2020

La universidad pública frente al COVID-19


Dr. Jorge Alva Hurtado*
Rector UNI
05 de junio del 2020

Es admirable el esfuerzo con que cientos de grupos de investigación y también otros sectores de la comunidad académica están batallando contra la pandemia. Las universidades de la capital tenemos que rendir particular homenaje a las que se desarrollan fuera de Lima, a lo largo y ancho del país, que se han convertido en fuerzas de primera línea en sus respectivas localidades, aportando docentes y estudiantes de las áreas médicas y otras carreras.

En cada Región y Provincia donde hay una universidad pública se sabe que sus laboratorios, campus, y hasta ómnibuses, están al servicio de la tarea común contra el COVID-19, incluso cuando los recursos económicos son muy escasos. Además, tenemos universidades regionales donde su buena conducción les permite aprovechar los ingresos del canon, establecido sobre la minería y otros sectores productivos, para realizar grandes contribuciones.

Sin embargo, también es justo decir que tenemos mucho por hacer. Todavía nuestra fuerza investigadora es muy pequeña y los conocimientos que genera no se materializan en mejores servicios sociales, ni en competitividad empresarial, en la magnitud que nuestro nivel de desarrollo medio e ingreso per cápita, deberían hacer posible.

La universidad pública necesita tener muchos más investigadores con los mejores posgrados del Perú y del mundo que trabajen conforme a metas prioritarias del país.

La iniciativa del Concytec, sacando a concurso cinco millones de soles para investigaciones útiles a efectos de enfrentar la pandemia COVID-19, es el camino adecuado a efectos de encauzar el trabajo de múltiples grupos de investigación.

En esta coyuntura, salta a la vista la necesidad de que el Concytec establezca políticas específicas para el fortalecimiento de la investigación en universidades públicas, que por su naturaleza dependen exclusivamente de los recursos estatales y tienen, por lo tanto, la natural obligación de organizar sus actividades según las prioridades del país, recogidas por el Estado y la sociedad civil.

Un fondo de investigación orientado a metas prioritarias es una excelente política del Estado que debería estar incorporada en proyectos de desarrollo productivo orientados a la diversificación de nuestra economía. Es un escándalo que no podamos ni siquiera producir oxígeno y tanques medicinales en cantidad suficiente.

Tenemos en estos instantes buenos ejemplos: tanto la Marina de Guerra, que felizmente conserva ciertas instalaciones industriales, como distintas universidades (la PUCP y la UNI, entre otras), están recibiendo apoyo financiero de empresas privadas para producir ventiladores mecánicos, que podrían ser el inicio de una industria metalmecánica orientada a la medicina.

Otro ejemplo lo tenemos en el campo textil. Uno de los fondos del Concytec ha sido ganado por el proyecto de fabricar telas de tecnología avanzada, casi futurista, con nanopartículas metálicas bactericidas y virucidas. Es una idea que podría traducirse en un  nuevo tipo de producción textil peruana, orientada tanto a satisfacer requerimientos internos como a las exportaciones, merced a la innovación tecnológica capitalizada por empresas del sector.

La pandemia ha puesto en evidencia que la mayor inversión en servicios públicos, y también en ciencia, tecnología e innovación, debido al crecimiento económico de los últimos lustros, no fue suficiente, y sobre todo no se tradujo en la superación del carácter excluyente e inequitativo de la salud y la educación.

Estamos escuchando a los médicos, desde sus hospitales, reclamar una verdadera salud pública universal, donde todos puedan enfrentar la pandemia. Toca plantear la perspectiva de un servicio público de educación que garantice a los peruanos, desde la educación inicial hasta los posgrados, oportunidades y calidad de enseñanza que por fin, después de tantos siglos, nos integren más allá de colores de piel y niveles económico-sociales.

Si desde ahora y en los años que sigan al Bicentenario logramos que todos los peruanos tengan acceso a salud y educación de calidad, financiada con los impuestos para que sean sostenibles, será realidad la promesa de la vida peruana de la que habló Basadre.

*Este artículo sintetiza parte de la exposición del Dr. Jorge Alva en el Coloquio organizado por el CONCYTEC “El papel de las universidades y los institutos públicos de investigación”, el día 20 de marzo.

2 comentarios:

  1. En el exterior las grandes empresas tienen un gran contingente de investigadores.Lo que hace falta en Perú es que el gobierno convoque a los estudiantes más idóneos , les fije tareas puntuales y les otorgue sueldos dignos,Naturalmente para hacer investigación se necesita brindarles las condiciones más adecuadas para que produzcan frutos.Si no se les fijan honorarios los investigadores abandonarán ,tarde o temprano, su misión, buscando cachuelear en otra cosa ¿ Quién podría dedicarse a la investigación, si tiene de por medio, necesidades económicas para subsistir?

    ResponderEliminar
  2. El estado... Está acostumbrado a importar y de no fijarse todo lo que tenemos en el Perú. Esperemos concientizar a todos que nosotros somos primeros.

    ResponderEliminar