Agradecidos por siempre, ingeniero Guido del Castillo

Nuestro reconocido ingeniero Guido del Castillo Echegaray dejó este mundo luego de convertirse como el principal benefactor de la UNI, institución en la que confió para brindar oportunidades a jóvenes talentosos.

Hace solo cuatro meses atrás, el destacado egresado había recibido la distinción honorífica Orden Presidente Manuel Pardo y Lavalle por su destacado compromiso con la educación en la UNI y el desarrollo del país.

DISTINCIONES

Su labor mereció los reconocimientos de su alma máter, en julio de 2005 recibió la Antorcha de Habich, el máximo reconocimiento otorgado por la UNI a sus egresados. En diciembre de 2011 fue distinguido como Doctor Honoris Causa por la UNI en mérito a su destacada trayectoria personal y profesional.

En enero de 2018 la alta dirección de la Society of Economic Geologist lo distinguió como Honorary Fellow. Fue el primer sudamericano en recibir dicha distinción de la prestigiosa organización.

En mayo de 2018, en el marco de la “III Feria de Libros, Becas y Arte – Qhatuni”, la UNI le brindó un reconocimiento por sus contribuciones al desarrollo y fortalecimiento institucional. Finalmente, el 10 de diciembre de 2019, recibió la Orden Presidente Manuel Pardo y Lavalle.

RESEÑA BIOGRÁFICA

Guido del Castillo Echegaray nació en 1934, en Anta, provincia del Cusco. Realizó sus estudios de primaria y secundaria en su tierra natal. A los 15 años viajó a Lima e ingresó a la Escuela Nacional de Ingenieros, hoy Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) graduándose en 1955 como Ingeniero de Minas de la Facultad de Ingeniería Geológica, Minera y Metalúrgica (FIGMM).

En 1955 obtuvo la Beca UNI para realizar estudios de posgrado en la Escuela de Minas de Colorado (Colorado School of Mines) en Estados Unidos, una de las universidades más prestigiosas del rubro.

Inició su carrera profesional en la Compañía de Minas del Perú, Cerro de Pasco Corporation y en la Mina San Vicente en Chanchamayo, Junín. Con la experiencia adquirida, en 1966 constituye la empresa MDH, compañía de servicios de exploración de depósitos minerales y perforación diamantina, y rápidamente lidera el mercado en este rubro.

COMPROMETIDO CON LA UNI

Cuando su brillante carrera profesional comenzó a rendir frutos hasta encumbrarlo como uno de los mineros más importantes de nuestros andes, el destacado ingeniero se convirtió en el principal benefactor de su alma máter.

En los últimos años, ha donado 7 millones de soles, monto que ha servido para mejorar la vida de los estudiantes de la UNI de múltiples maneras: grupos culturales, ferias de innovación, y viajes académicos no habrían podido realizarse sin su aporte. Asimismo, remodelaciones, ediciones de libro, mobiliario y equipos de cómputo de diversas áreas de la universidad le deben su existencia al reconocido benefactor.

Resalta también el crucial aporte ofrecido a la Biblioteca Central para el registro, catalogación y digitalización de su valioso material; la donación de mobiliario y equipos de cómputo a la Biblioteca de la Facultad de Ingeniería Geológica, Minera y Metalúrgica; y su contribución para la remodelación del Museo de Artes y Ciencias “Ing. Eduardo de Habich” y el Gran Teatro de la UNI.

Todos los años a través de Patronato de la UNI, el Ing. Guido del Castillo donó computadoras para los primeros puestos de los Concursos de Admisión de la UNI. En junio del 2018 financió un mural en homenaje al ingeniero polaco Ernest Malinowski en el bicentenario de su nacimiento.

Asimismo, suman a su legado la donación de equipos de cómputo para la Residencia Estudiantil, sus aportes al proyecto KillaLab, al Premio Proyecta UNI, a la Expoferia Innovación Tecnológica, a la reedición del libro “Historia de la Arquitectura Peruana”, al Programa de Ingreso Escolar Nacional, al Conjunto de Zampoñas y Danzas, entre otros.

Además, en diciembre del 2018 financió la construcción del Coliseo “Guido del Castillo” a través del Patronato de la UNI. Este nuevo recinto demandó una inversión de 2 millones 763 mil soles. En diciembre del 2019 inauguró el moderno gimnasio “Andrés del Castillo”, llamado así en memoria de su hijo, una contribución del homenajeado al bienestar de la comunidad universitaria.

El ingeniero Guido del Castillo no ha sido ajeno al compromiso de la UNI en reverdecer el campus y, a través del Museo Andrés del Castillo, ha donado mil molles para dicho fin. Al ser plantas originarias del Perú, prosperan en terrenos semidesérticos como los de nuestra costa sin demandar cuidados extraordinarios. Cientos ya crecen en distintos lugares de la UNI y aún quedan otros cientos por plantarse en los siguientes meses.

Así, el célebre ingeniero minero no solo demostró vocación filantrópica y agradecimiento con su alma máter, sino también una clara visión del país que podemos tener con esfuerzos bien encaminados y con una apuesta firme por la educación pública de calidad.